Page 15 - Libro Autonomia Universitaria

Roberto Pérez Caballero - Jorge Mejía Turizo - Aura Milena Pautt López

Andes en Mérida (Venezuela): designación, elección y funciones, 1810-2007” en este, haciendo
una retrospección histórica de los procesos de reconocimiento de independencia de la
educación superior en Venezuela, señala que El 6 de diciembre de 1958 el Presidente de la Junta
de Gobierno, Doctor Edgar Sanabria, promulgó una nueva Ley de Universidades, que le devolvió CAPITULO 1
a estas instituciones de educación superior, la autonomía perdida desde 1883, con las disposiciones
de Antonio Guzmán Blanco. El doctor Pedro Rincón Gutiérrez encabezó esta apertura en Los Andes, y
la dirigió hasta 1972, dos años después de promulgarse la nueva Ley de Universidades, instrumento
que sustenta legalmente la actividad universitaria en el país Venezolano.

Artigas (2007) continua señalando que la “autonomía” o apertura política que se venía
experimentando en las universidades nacionales de Venezuela desde los albores del período
democrático se reforzó y democratizó realmente con la promulgación de la vigente Ley de
Universidades, del 2 de septiembre de 197, Esta dispone que la máxima autoridad de cada
universidad venezolana reside en su Consejo Universitario, ejercido por órgano del Rector,
Vicerrectores Académico y Administrativo, y el Secretario. La elección del Rector se realiza dentro
de los últimos tres meses al vencimiento de sus funciones y su periodo de gobierno es de cuatro
años. En esa elección participan los integrantes del Claustro Universitario integrado por: a) Los
Profesores (inclusive los jubilados), b) los estudiantes, c) y los representantes de los egresados.
La votación es directa y secreta, y se hará efectiva la elección cuando se obtenga no menos de las
dos terceras partes de los votos válidamente sufragados. Además, el Rector es el representante
legal de la institución y principal órgano de enlace y comunicación de la Universidad con todas
las autoridades de la República y demás órganos nacionales y extranjeros.

En un sentido genérico, plantearse cuando un sistema de elección de cualquier cargo de
dirección de poder es democrático, ciertamente genera algún grado de problematización.
Y tal problematización según las pretensiones de este trabajo de investigación es compleja,
teniendo en cuenta que la democracia no es un concepto univoco o único, sino que este puede
asumir diferentes formas, modelos o estilos. Ahora bien, establecer la si son democráticas unas
elecciones sui generis, como lo son las de los rectores de las universidades públicas, inmersas
bajo el marco de la denominada autonomía universitaria, es un asunto ciertamente complejo.
Así pues, el primer punto “problematizador” a resolver consistiría en determinar cuando unas
elecciones se pueden considerar democráticas. Díaz (2013) señala que para que una elección
sea democrática sus candidatos deben estar en igualdad de condiciones, tener las mismas
oportunidades de acceso al poder, y que no existan ventajismos de un candidato sobre otro.
Ahora, desde el punto de vista de los electores una elección será más democrática en la
medida que permita una participación más universal, en que no existan tantas limitaciones o
restricciones al sufragio por circunstancias de raza, clase social, patrimonio económico, grado
de escolaridad, edad, sexo, por comisión de delitos, por nacionalidad etc. (Muller, 1996). En
realidad no se puede predicar la existencia de sistemas electorales absolutamente universales,
pues los estados, aunque lo hagan por razones plenamente objetivas, éticas y de conveniencia
social o política, de alguna forma imponen cierto tipo de limitaciones.

En términos más generales y precisos una elección es democrática en la medida que todos
a los que concierne las decisiones tengan las mismas oportunidades para elegir y ser elegidos.
Sin embargo la organización le message(2012) niegan que las elecciones, por ejemplo a nivel
político, puedan ser democráticas, arguyendo que La elección básicamente permite elegir entre
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